Las victimas del acoso escolar no son conscientes de que estos actos tienen consecuencias, que los golpes, insultos, desprecios, burlas,... que sus compañeros irradian hacia ellos tienen unas secuelas.
Algunas de esas consecuencias pueden ser: baja autoestima, timidez, soledad, aislamiento, depresiones, ansiedad, pensamientos suicidas, trastornos emocionales, etc. Muchas victimas, tras pasar por estas situaciones y posteriormente superarlo, han relatado como en ocasiones se han mirado en un espejo y han llegado a sentir que eran una vergüenza, que nadie les quería, que no servían para nada y por eso se merecían todo lo que le hacían,... verdaderamente piensan y sienten que están solos ante estas injusticias.
Observando varios testimonios me llamo la atención el de Mónica, madre de una victima de 11 años, que verificaba: "Mi hijo dice que su función es ir a que le peguen". Mónica explicaba que la propia tutora no le proponía soluciones porque decía que no era necesario tratar el tema.
Es por todo ello que lo mejor para combatir estas injusticias es crear campañas para que todos (victimas, familias, profesores, compañeros, ...) venzamos el miedo de defender a esas personas vulnerables, porque lo que verdaderamente da vergüenza es no actuar ante estas situaciones. Juntos podemos decir "NO AL ACOSO ESCOLAR".
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